La cirugía que corrige los cambios en los párpados por el paso del tiempo se llama blefaroplastia.
Con esta cirugía se elimina el exceso de piel, músculo y grasa, que provocan una mirada más cansada y triste, además de una sensación de pesadez e incluso dificultad para abrir los ojos.
En casos severos, el exceso de piel puede caer sobre las pestañas y reducir el campo de visión, que mejorará con la cirugía.
Habitualmente la cirugía se realiza bajo anestesia local con sedación y sin ingreso hospitalario. Puede realizarse tanto en mujeres como en hombres, habitualmente a partir de los 40 años. En casos con tendencia familiar puede realizarse a una edad más temprana. La cirugía no elimina las arrugas perioculares como las “patas de gallo” o las localizadas en el entrecejo. Estas arrugas se corrigen con toxina botulínica de forma segura y eficaz.
El primer paso será realizar una primera visita con el cirujano. En esta primera visita se realiza una historia clínica para conocer el estado general de salud, una exploración de la visión y de los ojos, y un estudio de los párpados.
Para conseguir un resultado satisfactorio con la cirugía serán imprescindibles unas expectativas realistas por parte del paciente y una relación médico-paciente basada en una confianza mútua que permita un diálogo abierto y honesto.
No se debe buscar ni esperar el ideal de belleza, ni tampoco pretender conseguir parecerse a otra persona.
Es posible realizar una cirugía personalizada para corregir los cambios provocados por el paso del tiempo, sin cambiar los rasgos de siempre y con mínimos riesgos.
Te verás y te verán más joven, pero no diferente.
Actualmente se utilizan técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, sin cicatrices visibles, y seguras, sin comprometer la importante función de los párpados de protección del globo ocular.